sábado, 16 de octubre de 2010

Yo no trabajo (o soy mantenida) Cap. I

Introducción

Cuando tenía 12 años y vivía en Llo-lleo, mi pueblo, coleccionaba gomas de borrar. De todos los tamaños, colores y, lo más importante, olores. Las compraba en la tienda Village que estaba en la calle principal. Ahí pasaba casi todos los días después de hacer las compras que me encargaba mi mamá en la mañana. Porque yo iba al colegio en la tarde.  No crean que me hacia recortines del vuelto, no no no. Yo guardaba de las monedas que me daban mis abuelos cuando iban de visita. Era muy consciente del escaso presupuesto familiar.
Después vino el tiempo de los sobres y las esquelas. Ahí sí que iba más al Village. Mucho. Hasta el punto que la señora que atendía, y era además como la jefa en la tienda, me agarró cariño. Se llamaba Rosita.  Yo también agarré papa y le decía “tía Rosita”. Era una mujer bajita, de pelo corto negro y con algunas canas. Tenía una hija que estaba en mi colegio, era de las grandes, de enseñanza media, y los fines de semana trabajaba en la tienda. Siempre había personas ahí conversando con la tía Rosita, no necesariamente clientes, mientras ella hacia  paquetes de regalo de ese papel con rayas rojas, amarillas, azules. .. El papel de Village. Se acuerdan?.. A mí me encantaba mirar sus uñas largas pintadas de rosado tirado a fucsia, con pedacitos de scotch pegados y un poco sucias por el pegamento, y por el trabajo. Eso las hacia unas uñas no oficialmente sucias para mí.
Un día después de harto pensarlo, le ofrecí ayuda a la tía Rosita,  y así empecé a cortar papel, a hacer sobres, a ordenar, a pasar el plumero por las vitrinas, y ella me regalaba algunas esquelas y sobres a cambio.  Después derechamente yo quería estar detrás del mostrador atendiendo a la gente. Cuantas veces había jugado en mi casa a la verdulería, a la boutique, a la oficina. Siempre con gente imaginaria, porque a mí me gustaba ser la vendedora y nadie quería jugar conmigo por eso.
Un día le pedí pega. Y ella me dijo que estaba muy chiquitita todavía. Yo le dije que no importaba, que no me pagaran. Y era cierto. Yo solo quería cumplir mi sueño.  Ya para  la navidad del 92, fui considerada lo suficientemente grande y pude ocupar mi lugar tras ese mostrador de vidrio. Y si mal no recuerdo, me pagaban y ya no con esquelitas.
Desde ese momento el trabajo en mi vida es algo fundamental. Y agradezco a las condiciones familiares de esos tiempos, que me hicieron una cabra independiente y autosuficiente. Jamás nadie me dijo que trabajara. Mis derechos de niña eran respetados. Pero yo era agrandada. Desde Village siempre he buscado (y encontrado)  el trabajo: promotora de súper, repartidora de volantes, extra de telenovelas, garzona, vendedora de tienda, anfitriona de eventos, funcionaria de Bienes Raíces, secretaria y asistente.  Y he tenido la suerte  de no estar más de 1 mes desempleada.
Pero ahora es la excepción.  Estoy sin trabajar hace casi 2 meses porque para venirme a Nigeria, renuncie a la pega que tenía en Santiago.  Fue así como pase de ser la que tenia excelente fortuna laboral y pésima en lo amoroso, a encontrar el tan anhelado compañero casi adentro de una Corín Tellado, que me llevaría a tierras lejanas donde yo no necesitaría trabajar.
Para muchas personas (hombres también, ojo) este sería el final feliz, algo para lo cual se han estado preparando desde niñas. El sueño dorado de encontrar un hombre que te ame, y más encima, supla tus necesidades materiales. He escuchado a algunas congéneres pedirlo en voz alta.  “Me gustaría ser mantenida”. Pero para mí, esta nunca ha sido una opción a la cual aspirar. Así que el “detallito” de que no era seguro que tuviera pega acá en Nigeria, y que no me preocupara por el dinero, me atormentó desde el primer momento. Lesa yo. Ven que hay que aprovechar las oportunidades de la vida. Pero así soy: nunca he deseado dejar de trabajar para ser más feliz. Y no se trata solamente de la plata. Aunque necesito ocupar mi tiempo para generar mi autonomía económica, esto tiene que ver con algo más que dinero.
El origen de esta aversión al ser “provista”  (eso que hace el macho proveedor), se puede remitir a distintos pasajes del mapa mental-psico-emo de algunas mujeres. Primero se me ocurre todo lo relacionado directamente con el dinero:
No deseas este tipo de situaciones en tu vida (miedo a perder tu “libertad de adquisición”): estas con tu pareja en el súper y ves unos tazones para el café, con animales estampados y  te dan ganas de comprarlos. Pero el dinero para pagar el súper lo tiene el.  Te le acercas  con una voz que te hace sonar ridículamente menor de lo que eres, y le dices: “mira que lindas tacitas mi amor! La de perrito para ti y la de gatito para mí. Llevémoslas? “ Y el te mira con una cara que te hace sentir tan pelotuda y te dice: “No, no quiero comprar ese tipo de cosas, no tiene sentido, ya tenemos tazas”. Como eres digna y te mueres de la plancha, las devuelves al lugar. En realidad el tiene razón pero que ganas de haberlas comprado solo porque te gustaron, para alegrar el desayuno. Pero sin dinero, no puedes.
Traumas familiares: antiguamente, que la mujer se quedara en casa cuidando los críos, cocinando y limpiando, era la regla. Las que trabajaban fuera, con sueldo, eran la excepción. Recuerdo haber escuchado a mi abuela, diciendo “Si hasta para una par de medias tengo que pedirle a él. Que error es no haberme puesto a trabajar siendo más joven. Si tuviera mi platita sería tan distinta la cosa”.. Yo no creo que mi abuela no haya sabido hacerse recortes para tener para estos momentos.  Me imagino que era tan poco pilla,  que por eso no lo hacía.
Querer tener poder en la relación: total, si se el proveedor pone muy pesado, amenazas con mandarte a cambiar no mas, no a la casa de tu mama, sino que a un departamento que puedes conseguir, viste que para eso trabajas..
Masoquismo:  La mujer en el fondo de su ser quiere ser mantenida, pero se quiere hacer la chora y se aguanta. Trabaja, aunque no tiene necesidad, ni ganas. Este es un caso que requiere de atención psiquiátrica.
Pero yo lo  miro, mas allá desde las necesidades materiales, lo miro desde el lugar de la mujer  como persona, como ser humano. Para que andamos con cosas: la mujer es la que se embaraza por lo tanto la que se queda en casa con los niños. Es casi una cosa lógica. Pero, si bien la naturaleza dotó  a la mujer con el maravilloso privilegio de ser el ente principal en el proceso de perpetuación de la especie (ejem), este no tiene porque eximirla ni privara de participar en otras tareas productivas de la sociedad, y que además entreguen beneficios económicos.  A parte de útero, también tenemos una mente pensante, creativa,  manos, y voz, y pies. (y no digo cuerpo, para que no se malinterprete)
Es verdad que muchas mujeres sienten que su máxima realización en la vida se concretará con el proceso de la maternidad: embarazo, parto, crianza. Pero yo no acepto que no haya algo más que eso para mi vida. Porque estamos hablando de un proceso natural, que pasa por nosotras, del cual somos agentes, pero que no nos da la identidad ni el desarrollo personal. Hay más. Y aunque yo aun no tengo hijos, esto de estar en la casa, haciendo casi nada más que escribir este blog, me da tiempo para pensar que no quiero ser la señora que tiene las guaguas, las cría y después cuando estos ya son adultos y se van, no tiene una vida propia.  

Pero la realidad de hoy (la unica que existe) es que tengo TODO el tiempo del mundo libre. SI, soy dueña de casa pero hasta por ahi no mas, porque tampoco tengo que hacer las tareas domésticas. "Disfruta" me dicen, pero me cuesta, pienso y pienso en como hacer cada cosa una historia. Asi que ya vendran mas capitulos de como vivo esta etapa "Yo no trabajo (o soy mantenida)

4 comentarios:

  1. Cuando estuve 4 meses cesante en Chile sufrí tb. Fui mantenida por mi novio y al principio me doliía la guata hasta salir a comprarme un helado, mientras que en cambio el me ofrecía plata para que saliera con amigos! Me costó llegar al punto en que entendí que en realidad, las parejas son "un equipo" y el rol que cada uno juegue en ese equipo puede variar dependiendo de los tienpos que corren.

    Ahora, después de 4 meses "sabáticos" (no digo de censatía, pq hasta hace 1 mes no estaba buscando pega) soy yo la que va a trabajar, mientras mi novio estudia. Hoy por tí, mañana por mí, get it? porque así se juega en equipo.
    Claro, se necesita un compañero que sea inteligente e integral, como mi novio, que no puede estar más feliz pq lo voy a mantener. Claro, porque además no será así para siempre...es solo una etapa, y cuando las cosas son una etapa NO TE DEFINEN.

    Piensa en eso a ver si te baja el síndrome de abtinencia laboral!

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  2. Para ser sincera, jamás he parado de trabajar, empecé cuando estaba en el colegio y nunca más paré... se me haría muy dificil, creo yo, ser una "mantenida", además que tengo grabado a fuego las palabras que mi viejo quien me decia desde chica (antes de que yo trabajará)cada vez que yo iba a salir:"tomé mijita (mientras me daba algo de plata) pa' que no dependa de ningún weon, si algo no le gusta, se toma un taxi y se viene" jajaja... y haciendo memoria, así lo he hecho toda la vida... pero creo que la vida tiene mil escenarios en los cuales a uno le toca estar, tal como dice la Val, en estos momentos el escenario es ese, pero no quiere decir que será así para siempre... tranqui Dani, pronto te irás a otro lugar donde seguramente el escenario será otro... te quiero :D

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  3. La lectura de tus pensamientos es tan gratificante, mealegra saber que encontraste el amor, yo lo hice a los 16 y aúnestoy en el mismo punto de amor, no la verdad es que estoy más alto, con el tiepo te dará cuenta que el amor va creciendo, bueno también puede desaparecer, aunque espero que no sea tu caso.
    Parece que esta generación 97 somos las trabajólicas, yo también empecé trabajando en el cole, y mi papá y mamá me daban el discurso de estudiar, ser profesional, tener con qué defenderse en la vida, para que ningún wn te pasae a llevar y si lo hace tengas la libertad de manadarlo bien lejos. Durante los últimos 6 años he sido l "proveedor" de la familia y la madre y la esposa, y creanme no es nada de fácil, uno le da mil vueltas a lo que sucede y no es que mi marido haya dejado de trabajar o buscar en los tiempos de cesantía, es que como dice un comentario anterior somos un EQUIPO.
    Ahora ya tengo tres hijos y Dani, jajajaja, imaginense, cuando yo me negaba a la maternidad, NOOOO, que horror me va a limitar mi vida, mi independencia, mi desarrollo personal, que tontera más grande, cuando la maternidad es lo más lindo que hay.
    Actualmente, sigo estando al frente en el mercado laboral, pero con licencia, osea empleada pero sin trabajo fuera de casa,jjajaj. que mejor!!!
    Les reconozco que está en mis planes pasar de mantener a mantenida, la maternidad para mi es lo mejor, claro es esencial tener un compañero de oro, que cuando tu trabajas él sea dueño de casa, cómo suena eso? conozco la experiencia y es maravilloso dejar tus hijos con máxima tranquilidad.
    Finalmente querida Dani, lo importante es ser FELIZ y nada más.
    Un abrazo y disfruta Nigeria.

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  4. grilla me gusto mucho soy mantenida y aunque suene ridiculo lo mejor de todo fue recordar village. yo no vivia en llolleo pero pasab veranos en san antonio y chillan tb tiene esa onda donde village puede adquirir mucha importancia. era una tienda que me encantaba y tuve el mismo proceso de pasar de las gomas de colores a las esquelas y sobres!!!! lo recorde gracias ati jajaja me encanto!

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