jueves, 25 de noviembre de 2010

Publicacion de gracias

Si quiere mientras lee el post busque ud. mismo Gracias a la Vida de la Violeta, porque yo no la voy a agregrar, ya que el post en si me parece cursi (no por eso reniego de el), y poner la canción será un poco mucho. Ya? 

Por acá ya casi se termina el día, técnicamente faltan 3 horas. Al igual que los ultimos 2 meses, me la he pasado vagando en internet,  pero hoy especialmente en contenidos de auto sanación (siii y qué?) porque hay días en que la conciencia de mis chifladuras alcanza a mi cuerpo y eso me carga. Entonces busco respiraciones, hoponopoos y hasta le rezo a la virgen de los cochayuyos.  

Bueno, como la mayoría de mis lectores son de Chile, igual estoy bien en la hora, así que le doy no mas con lo que quiero decir.

En una de esas pasadas, por alguna pagina a la cual fui derivada de otra y de otra y de otra, una mujer “amor y pash”, aprovechaba de dar gracias hasta a la paloma que le cago en la cara, porque hoy es el Thanksgiving de los gringos, el día de acción de gracias. Hoy en NORTE América (y remarco NORTE porque no solo USA  no es America mierda! ) se sientan a la mesa y comen pavo relleno con de todo; un pavo abierto de patas así como ese en el que Mr. Bean metió la cabeza, en ese capítulo de navidad. ¿Se acuerda alguien?

No tengo idea de porque  hoy, y no otra fecha, cuando se agradece. (Los 25 de noviembre estaba de cumpleaños Pinochet, dato rosa... oye el corrector ortográfico me pone Pinochet con mayúsculas solito, Me estará penando el viejo?)  Tampoco me voy a poner a investigar el trasfondo histórico de esta celebración, ya que no es mi intención hacer un ensayo sobre la fecha en sí.
Lo que sí quiero expresar es que me parece saludable que un día en el año, sea dedicado oficialmente, con comilona y todo, a dar las gracias. De hecho, deberíamos agradecer cada día. Aunque no nos sintamos en el ánimo de hacerlo, porque estamos mas ocupados en ver solo las cosas que no nos gustan y deseando las que quisieramos tener o vivir. El ejercicio de agradecer creo que a uno le hace conectarse con la alegría en forma inmediata. (A este punto me siento cursi, Paula Cohela, Jodorowska, y hasta hija de mi papa Hernán Tzolkin, pero no me importa, continuare)

Cuando participaba en una iglesia evangélica (hay señor que revelaciones están apareciendo en este post) decían que si uno daba las gracias por cosas que aun no tenia, de seguro las conseguiría: “gracias dios mío por ese auto que tengo”... o si te dolía algo, la garganta por ejemplo: “gracias dios por que ya estoy sana de esta amigdalitis”. Esta suerte de irracionalidad, me llevo  a ver que vivir en el agradecimiento, es mejor que vivir en el constante deseo. Al menos uno deja a la mente tranquila y ve la realidad, y la realidad es que SI hay cosas buenas por las que sentirse contentos.

Nunca llegue a agradecer por cosas que no tenia, pero sí, me quedo la semilla de que agradecer tiene un poder más grande que pedir, aunque  también es más difícil de hacer que lo primero. 

Es por eso que ahora, que me siento en el animo voy a agradecer públicamente: 

A todos los que me leen aca, a los que me han criticado porque me han ayudado a persisitir y ser mejor. 

A las cosas “malas” no puedo agradecerles textualmente, porque me siento irracional, (no soy tan evolucionada aun) pero dentro de esas situaciones que me han hecho sufrir, se que ha habido semillas de enseñanza y aprendizaje, que mas de una vez he tomado y me han ayudado a avanzar.

A  mis padres por ser el vehículo y gestores de mi vida, por permitirme llegar a este mundo. Aunque muchas veces me cueste estar en el. Gracias a ambos por todo lo que hicieron (y aun hacen) por mi; ya llegue al punto en que siento que no vale nada recordar lo que se hizo mal o no se hizo. Eso ya tuvo su momento.

Al  curso de dactilografía de Manpower, porque gracias a eso escribo como 70 palabras por minuto y sin mirar el teclado (leru leru), todo un milagro de la tecnología a máquina de escribir. Ah y de pasada gracias a mi tía Patricia que me pago el curso de Secre en dicha institución, de la cual tanto renegué y me sentí avergonzada. Gracias al oficio de Secretaria, me mantuve más que dignamente por casi 10 años.

A mis hermanos, amigos, amigas, parientes directos o aquellos de las ramas disfuncionales, terapeutas, que me han escuchado en persona o por  teléfono, y leído en todo tipo de chats, cuando me he sentido ahogada y loca loca loca. Infinitamente gracias. Ustedes saben quiénes son. 

A Mi nana, más que una abuela, una segunda madre para mi.

Y al destino, que cumplió sus promesas e hizo coincidir mi camino con el de este compañero maravilloso que hoy tengo, que se ríe de las mismas tonteras que yo, me lleva sopa caliente a la cama cuando estoy enferma ( y a veces cuando no también), y me escucha cuando me desbordo hablando cosas que parecen inconexas. Y tanto más.

Si no te sientes mencionado y crees que deberías serlo, pues siéntete mencionado ya, porque también va para ti un: gracias!
Y como dijo Facundo Cabral “Gratitud porque, la vida es como es y no como tiene que ser”

(faltan muchos acentos porque no me funciona la tecla)

martes, 23 de noviembre de 2010

AVISO

Ya no vivo en Nigeria. Desde el post del orfanato todo lo que se lea en este blog, es escrito y publicado desde Anticoli Corrado, un pueblito lindo (como de cuentos) a media hora de Roma, que merece un post para el solito.

He pasado de los 30 y tantos grados diarios a los menos de 10, algunos días, he pasado de la estimulante humedad tropical al otoño (para mis registros sensoriales parece invierno) Europeo. Hoy se me priva de la luz natural antes de las 5 de la tarde. Hoy sí que me siento más lejos de Chile, y yo creo que es por el hecho de que mi cuerpo, después de 31 años de rutina climática, no esperaba estas condiciones meteorológicas. ¿Dónde está mi primavera? se pregunta todos los días entumecido, casi tan cebollento como el cantante aquel que se viste de blanco, predica en sus conciertos y las señoras caldufas le tiran los sostenes en la cara .. ya si, Marco Antonio Solis con todas sus letras!

Desde África me han seguido algunas reflexiones que aun no son posteos en este blog, porque como les conté, me demoro en hacerlas aparecer. Esas reflexiones que resisten el cruce del océano, están AHÍ (en el archivo) y AQUI (en mi cabeza) esperando poder ver la luz: “escríbeme, escríbeme por favor”, exigen.

Aviso entonces que quizás aparezcan por aquí algunas historias gestadas en Nigeria. Pensamientos congelados que espero, no hayan perdido, con el frio, su sabor.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Yo no trabajo (o soy mantenida) Cap III

El tiempo libre (osea, todo el tiempo)

Después de las primeras reflexiones sobre mi intempestivo cambio de estado laboral y sus efectos psicológicos, y también gracias a las reflexiones de mis amigas lectoras, que de uno u otro modo han  redondeado mi idea con sus valiosos comentarios. (eso es lo bonito de esta cosa del blog), he podido ampliar un poco mi espectro. Como conclusión, creo que las parejas son un equipo, que se deben apoyar, ser flexibles e intercambiar roles de acuerdo a la demanda del periodo particular por el cual estén pasando. Esto especialmente cuando ya hay hijos.
He pensado también que, en la vieja escuela el ser  una dueña de casa “mantenida”, de esas  que hasta la plata para el churrin se la da el marido, era como recibir un sueldo por todo ese gran trabajo que significa mantener una casa y criar a los hijos. Sueldo que por cierto, siempre será insuficiente, ya que especialmente la segunda labor  no tiene (ni debería tener) un precio, pues su  valor es incalculable.
Pero yo en mi situación de mantenida, no tengo razones del tipo domesticas o de crianza, para justificar mi “sueldo”. Esta nuestro buen Emanuel , que se encarga de la limpieza y cocina tan bien, al punto de que ni me animo a preparar mi famosa lasaña. Tampoco  tengo hijos, ni un gato al que cambiarle la arena de la caca.  Es decir, lo único que tengo es TIEMPO.
Podría disfrutar más de mi buena fortuna, si no tuviera serios problemas de autogobierno, concentración y eso de dejar todo para después, un después que se demora mucho en convertirse en ahora.
Siempre recuerdo a una viejita chorísima de Valparaíso que un dia salió en la tele;  amaba tanto al puerto que dedicaba sus días a la restauración de no sé qué cerro, y decía que ella no se perdonaría un día sin hacer algo provechoso a favor de su ciudad, y así mismo, de su propia vida. La veterana afirmaba que estar en actividad era lo que la mantenía viva. Pienso que quizás esta señora ya está muerta, y me anda puro penando,  porque pucha que me acuerdo de ella. Y lo más que la recuerdo, lo más que me siento inmovilizada en mi inercia, pero a la vez inspirada a moverme y ganar la lucha entre mi mente  y mi consciencia que alega que mejor es HACER que no hacer.
Fue así, como en este paraíso vacio de deberes y lleno de pensamientos y culpas al respecto, me encontraba cada noche pensando que ya un día mas de mi vida se había ido, y yo no había hecho nada provechoso, no había leído nada de lo que (supuestamente) me interesa, no había pegado un botón, o hecho-me la manicure, (cuidado personal minimo pos galla!!) en fin…no había hecho… NADA!
Así que después de un par de días de mucho darle vueltas, me diseñé el siguiente programa o timing básico a seguir diariamente:

9:30:                      Desayuno :  Como no hago nada  no estoy cansada, por lo tanto no me cuesta nada despertar. Ósea, despertar a las 9:00 am para pedirle nuestro buen Emmanuel que me lleve el desayuno a la cama. Si, pedirle el desayuno y comenzar  el día sintiéndome una floja, carerraja mantenida que toma desayuno en cama servido por su nano negro. 

10:00                     Salir de la cama: Fácil. La cama Nigeriana es la más dura de la vida. Después de esto creo que estoy lista para cualquier clase de lugar que se presente para descansar los huesos. 

 Ejercicios            Mi actividad física es casi nula, y temo a engordar. No es que antes hiciera ejercicios, pero al menos caminaba 40 minutos diarios y hacia el aseo de mi departamento una vez a la semana.  Tampoco me inscribí a un gimnasio porque con  el nivel de conflicto que me causa ser mantenida, lo ÚLTIMO que haría es pedirle plata a mi “mantenedor” para ir al gimnasio. Como  me han recomendado que tener un mínimo de actividad física es fundamental para no volverme loca, como temo que me puede ocurrir esta situación, me refugie en esta joyita old fashion que encontré en youtube:
Nice and easy, videos de 8 minutos que parecen película porno ochentera. 


Un día que Emmanuel abrió una lata de choclos para ensalada,  se me acerco todo confundido y me trato de explicar que no sabía porque los choclos estaban tan hechos puré. Le dije “no wahala” (no te preocupes en nigeriano). Y me hice bien la lesa no más. Me dio vergüenza confesar que ocupaba las latas para mis ejercicios de brazos .

11:00                       Ducha

11:30                     Encender computador: 45 minutos para vagar en la web. Revisar emails, Facebook, Twitter, Msn, Gtalk : Este es un momento decisivo. Donde mi dispersión toma las riendas del asunto y yo me pierdo. Facebook es lo primero que abro. Avanzando entre las notificaciones, una foto lleva a la otra, una persona conectada puede significar  una conversa de media hora. O me acuerdo de alguna persona del pasado, y la busco, solo para ver cómo está hoy. Luego twitter, espacio en el que la mayoría de las veces hablo sola, pero siempre eta la esperanza de que lo digo haga algún eco, o le de risa a alguien, es lo que me hace recorrer mi Time Line, una y otra vez, y hacer click sobre el home para ver si un nuevo tweet ha aparecido. Y luego volver así de repente a Facebook para ver si alguien ha comentado algo durante los 2 minutos  que cambié de página. Gmail está lleno de cosas que no me interesan, casi nunca tengo un mail realmente interesante desde que llegue en Nigeria, antes eran los de mi amado lejano los que esperaba ver a penas abría el inbox. Misma cosa con la gente conectada para conversar (odio el termino chatear). Como a esta hora en chile son recién las 7 am, no hay nadie con quien hablar. Así que no corro mucho peligro por estos lados. Vuelvo a FB, vuelvo a twitter, vuelvo a sapear otro perfil de FB porque si, ufff. Pero calma, que ahora tengo un timing y no va a fallar. 

12:15                     Clases de italiano: Me recomendaron esta página para aprender idiomas on line. www.livemocha.com. Y es bakan. Me matriculé en italiano porque siempre vale saber otro idioma (al menos nociones básicas), porque soy mitad Italiana, porque mi novio es Italiano y  porque (ni dios quiera) si discutimos, que manera más teatral de hacerlo que en Italiano, un idioma que te permite gritar sin parecer oficialmente enojado. El italiano es un idioma que te permite gritar tranquilo. (lo de las discusiones se me ocurrió justo ahora, y es talla, ok?)

13:00                     Escribir para mi blog mínimo 45 minutos. Sin internet conectado:  No se si se han dado cuenta, pero el tiempo entre post y post en mi blog es, mínimo, una semana. Y no es porque no tenga que decir, ni menos un asunto de tiempo (estoy diciendo que tengo todo el tiempo disponible para mí) En “Mis Documentos” carpeta “Blog”, hay al menos 10 artículos empezados y dejados a primer párrafo  para “terminarlos después”.  El asunto es que para mí, enfrentarme al Word en blanco es como enfrentarme a mi misma y #confieso que eso, siempre pretendo dejarlo para el momento más lejano posible. (Nota mental: aqui puede estar la clave a todos estos males míos.)

14:00                     Volver a vagar por la web          
15:00                     Almuerzo

15:30                     Lectura de algún libro. 30 minutos mínimo. Acá seguramente me voy a quedar dormida de la manera más rica que existe: con el libro cayéndoseme  de las manos sobre la cara. Después voy a despertar toda atontada y con cicatrices de cojín en la cara.
Seguramente cuando despierte de mi lectura-siesta, ya se acercará la hora de que mi “mantenedor”  llegue le su trabajo, y en este momento se activará la mujer incomprendidamente machista, que anda por ahí en mis genes. Esa herencia de las mujeres de mi familia. Entonces empezaré  a pensar en que mi caldo de cabeza no tiene que notarse, que él es el mejor novio del mundo, y que gracias a que la vida nos juntó, estoy en África, conociendo cosas que nunca antes me habría imaginado, que voy a seguir conocimiento otras rarezas del mundo y que, al fin y al cabo, merezco todo el tiempo libre que tengo. Solo porque si. Por eso, para él va dedicada la última actividad del timing de su chica-ni-tan-enojada-de-ser-mantenida:


Ah! Y el gran misterio: cumplí o no con el programa? Dígamelo en sus comentarios. Gracias.

lunes, 1 de noviembre de 2010

El Orfanato

En la oscuridad de una calle del MainLand de Lagos (ahí donde las papas queman) se oye el llanto de una guagua. No se sabe si proviene de alguna casa o de uno de los estrechos recovecos que se forman entre una calle y otra, esos que al mirar hacia ellos dan la impresión de que ahí viven las ratas.
Los chillidos se hicieron escuchar hasta ser lo suficientemente eficaces como para que 2 personas dieran con su origen: una mujer tirada en el suelo, muerta, con su hija llorando entre los brazos.
Ese es el Curriculum con el que, a sus supuestos 6 meses de vida, cuenta Jana, la primera guagua a la que tomé en brazos en el Orfanato de las Hermanas de la Caridad, de Sor Teresa de Calcuta, acá en Lagos.
Llegué hasta allá, invitada por unas amigas que iban dos veces a la semana a visitar el pabellón de los bebes (0 a 3 años), llevándoles mucho cariño y todo lo material que fuera posible (incluyendo insumos médicos).
Si mal no recuerdo, uno de los cometidos de Teresa de Calcuta, fue algo así como velar por los “más pobres entre los pobres”, esos a los que ya todo sistema tiró a un lado porque simplemente es capaz de hacerse cargo de ellos, ni ayudarlos a sobrellevar sus males. Los leprosos fueron en los primeros tiempos. Hoy principalmente personas desposeídas infectados con el VIH, además de discapacitados mentales y físicos, que no tienen lugar fuera de estas casas de las “sisters”.
Mercy, mi favorita con sus labios perfectos; Rosario y su mirada perdida; Sarah la risueña que recién aprendió a caminar; Jana la rescatada de las fauces de la muerte; Fidel  el besador y que pienso es hermano de Mercy;  Benedicto, el que tiene hidrocefalia;  Bridgitte y Maurene, las ratoncitas, por lo pequeñas. Estos  niños han llegado de distintas formas hasta el lugar, algunos incluso solos: no era raro encontrar alguna vez una bolsa  plástica en la puerta, con una criatura dentro.
El día en que un bebe es recibido en el Orfanato, se declarara como su fecha de cumpleaños. Luego, se les deriva a un control médico, en el cual se calcula aproximadamente la fecha real de nacimiento. Teniendo esto en cuenta, es que se define cuantos años cumplirá en uno más. Generalmente llegan de meses e incluso días.
Un detalle importante, es que acá el sueño de Madonna o Angelina eligiendo guagas para adoptar, no se da porque TODOS los niños (aproximadamente 50) están contagiados con el virus del VIH.
En la planta baja se encuentran los niños mayores y con retrasos mentales  severos, sumados a elevados grados de las más complejas parálisis físicas. Gritando, moviéndose en sus repetidos  rituales  una y otra vez, si te quedas mirándolos por un rato, puede que  te regalen una sonrisa ciega. También comparten las instalaciones abajo, los niños de 3 años y más, con mujeres incapacidatadas y contagiadas también con el VIH.
En el segundo piso, los bebes se distribuyen en 2 habitaciones donde están sus cunas de fierro con colchones forrados estampados con caricaturas de animales salvajes, y sin sabanas ni menos frazadas.  En las paredes, estantes de madera con peluches conocidos y otros que yo nunca antes había visto, como camellos, lagartos e hipopótamos, todos súper bien ordenaditos, y listos para salir a jugar. También había, agarrados en las barras de las cunas, sonajeros y ese tipo de cosas para despistar a las guaguas.
Las habitaciones son antecedidas por un corredor, con vista al patio y por el cual normalmente circulaban los guaguos en sus andadores. Hasta un Ferrari tenían ahí estacionado a la salida de la primera pieza. “Después de usar el andador, déjelo aquí mismo por favor, limpio y ordenado”, decía un cartelito pegado en el sector del estacionamiento. También había sillas especiales, en las que permanecían sentaditos los más grandes y con cierto grado de parálisis, esa que les tira la cabeza para atrás y les impide cerrar la boca.
La primera vez conmueve fuertemente ver todas estas caritas con sus ojos fijos sobre uno, sin articular palabras, porque no pueden aun o porque simplemente no han sido lo suficientemente estimulados; el orfanato les cuida, alimenta y mantiene lo mejor posible, a salvo de la hostilidad de la calle, pero no hay tiempo ni recursos para dedicarse a su desarrollo. Algunos sonríen, otros solo miran desde el fondo de su sufrimiento, inconscientes, llorando sin lagrimas, como si supieran que uno se siente incomodo con el hecho de que su vida sea como es.
Las dos únicas veces que visité el orfanato, fueron un enfrentamiento con el dolor, la compasión y con mi propia capacidad de dar cariño, directamente, a estas criaturas que tanto lo necesitaban. Pensaba cada vez que le daba la mamadera a Mercy, mientras la tenía en los brazos rozándome con su piel afiebrada, de que iba a servir este tiempo que le estaba dedicando. Me preguntaba cuanto amor necesitarían para seguir creciendo con un poco de dignidad. ¿Bastaría con mis tontas onomatopeyas y ruidos melosos, para darles un poquito de algo distinto a esa pena que les salía por los ojos?  O cuánto tiempo más sobrevivirían, visto que sus pieles se escamaban, sus heridas se infectaban y muchas veces, como me contaron, estaban bastante enfermos.
Y me respondo que no se si les ayude en la realidad, pero que de todas formas es mejor visitarlos que quedarme acostada hasta tarde, hacerles cariño que solo observarlos, atreverse a proteger aunque sea una hora a estos seres humanos, muestras absolutas de la vulnerabilidad y la indefensión. Solo porque es mejor hacerlo que no hacerlo, y no porque sepamos que vamos a arreglar nada en sus existencias... O quién sabe, quizás sí.