martes, 24 de mayo de 2011

MADRE TE DESEO, HIJO TE RECHAZO...AMBOS LO SENTIMOS


La vida me ha enseñado, que todo lo que pasó a mí alrededor, y por consecuencia en ni interior, desde que nací, se fue quedando grabado a fuego en mi cuerpo y en mi mente.

Mientras crecía, mi inquieta personalidad, y como el hámster que suelo tener dando vueltas y vueltas dentro de mi cabeza, no llegaba a ninguna parte, decidí investigar como liberarlo, como hacerlo mi amigo, o también un coadyuvante de mis propias experiencias que se veían empañadas en mi interactuar, ya fuera verbal, social y sobre todo afectivo, de vinculación con la vida y los otros (sobre todo con mi familia).
He pasado varios años en terapia, debido a mis ganas de encontrar alguien que me sostuviera una linterna, para ayudarme a explorar oscuros lugares que aparentemente yo sola, no podía.

En este hurguetear, descubierto que los sucesos del pasado, tienen gran responsabilidad y valor, en lo que actualmente nos acontece. Aunque no sea visible y aunque el pasado, como dicen por ahí pisado esta. Pero no, el pasado de nuestro desarrollo humano está aquí. Es como dicen los historiadores (y a veces los políticos sin realmente tomarle el peso) “no podemos saber cómo somos si no la conocemos. “O “un país que no conoce su pasado no puede construir su presente” o cosas por el estilo.
En estas búsquedas me he encontrado, no por coincidencia, con grandes y valiosas mujeres; Carmen Bravo, Pamela Verdugo, Amalia Rojas y ahora último y de manera virtual con la Leslie Power.

La última, es la que más me inspira ahora a publicar estas ideas. Ella está abriendo un camino ancho y no fácilmente recorrible para quien quiera embarcarse en su bastedad, porque nos plantea mejorar nuestra sociedad desde el origen, desde el útero, desde el nacimiento. Sí, desde esta parte que genera guarda y cocina la vida, y que solo se recuerda en las conversaciones con tus amigas cuando te duele, o cuando te quieres comparar con los hombres “ellos tienen huevos, yo tengo útero.” Ahí ya partimos ms o menos mal, porque no hay comparación.

En estos días, donde el tema del postnatal de 6 meses, sin letra chica, igualitario para todas las mujeres, estoy leyendo un libro de una española que la lleva en estas lides: la revolucionaria medico e investigadora Catalana, Casilda Rodrigañes, que se llama “La Represión del deseo materno y la génesis el estado de sumisión inconsciente”... Y aunque aun no termino el libro, que me lo recomendó Leslie, y tampoco lo voy a comentar ahora totalmente, se me abren antiguas huellas que mi madre y mi padre, de seguro, por ignorancia dejaron en mi.

Este es un artículo simple, en el cual quiero decir solamente lo que yo rescato de todo esto.

Alguien se podría escandalizar o pensar que me convertí en una feminista, en contra de la crianza en familia, o de la participación del hombre en el proceso. Quizás sea un poco así de drástico, porque yo antes no quería tener hijos, porque jamás fui tratada con el calor que una guagua o un niño necesita. Por casi 30 años (que lindo es decir que tengo más de 30) sentí que la impronta no estaba en mí. Y ahora quiero agradecer, a todas estas mujeres que antes nombré, por mostrarme que se que sí está, y que yo puedo leerla y REconocerla, discutirlas, e incorporarlas, sentirme hija de una tribu que quizás no me pario, pero que ha ido calentando poco a poco mi ser para que salga eso que a lo que todos tenemos derecho y que es el amor por nosotros mismos, la confianza y el amor a los demás…. y quizás, también...querer algún dia, tener un hijo y DESEARLO. Sin represión.


Las teorías del desarrollo y la plenitud sexual de la mujer varían en el tiempo y según las diferentes culturas, Nosotros las occidentales, partimos cargando por años con la negación del clítoris, y por lo tanto de una de las mayores fuentes del placer FEMENINO. Porque el falo centrismo, instalado no solo en las camas, sino que tambien en las mesas, las oficinas, las industrias, no quería que sintiéramos lo que por derecho de la madre naturaleza nos pertenecía. Me imagino como si les hubiera dado miedo no ser los únicos que nos podrían provocar placer, sabiendo que claro que si pueden, pero no lo sabían.

Bueno. También han querido hacer lo mismo con los deseos maternos de una madre con su hijo. La medicina invadiendo con sus cesáreas, la mujer creciendo laboralmente (con lo cual estoy de acuerdo) pero a un costo tan alto y feroz, que he escuchado a chicas que quieren esterilizarse a los 23 años porque un hijo les arruinaría toda la carrera y los viajes, y SU vida, Yo respeto. Pero nosotras damos vida, y no tenemos por qué negarlo para dar otra cosa así de una forma tan autoimpuesta, tan fría, tan “enojada” y castradora. Si no quieres tener hijos, está bien. Pero no te enojes con natura porque te dio la gracia de tenerlos, porque siento que en el fondo te estás enojando un poco contigo misma, tierra.


Como he aprendido de Leslie y de Casilda ahora en su libro de largo nombre, el culmine de la sexualidad de la mujer es parir, es la mayor realización del cuerpo femenino, y no tiene porqué ser con dolor como nos diría la biblia, Además algo que me llama mucho la atención es el desprendimiento inmediato que se le hace al niño del cuerpo materno, donde ojo, estuvo 9 meses, y ahora que es un individuo, hay que arrojarlo al mundo casi sin piedad.

No nos olvidemos que los estudios dicen que el apego es algo Bueno. Mi padre que es bastante esotérico dice que el apego no es tan bueno, ya que es una especie de enemigo de la libertad. Yo no estoy de acuerdo. El apego te une, te hace vinculo, y no significa si quieres emprender otro vuelo este sentir va a significar una cárcel. Eso es miedo. Papa, perdona pero ahora te digo que creo que le tienes miedo al apego y bueno, yo también un poco. El asunto es apegarse, y poder alzar nuestros vuelos llevando los vínculos en el interior, en nuestro cuerpo, en nuestra vida, con libertad, y por supuesto, volver cuando queramos.

¡Dejemos llorar a nuestras guaguas solas! claro, así no se apegan a nosotras, ven que tenemos tantas cosas que hacer, preocuparnos del tránsito lento, del gimnasio, de seguir siendo un objeto sexual deseable para nuestras parejas. Y ahí las criaturas comenzamos a sentirnos solas, con miedos, los cuales luego se pueden transformar en fantasmas reales, primero en nuestros cerebros en construcción y luego en nuestras realidades, y ahí viene algo peor: no nos creen y nos queda la escoba interna en nuestra identidad y la forma en que nos relacionamos con el mundo ¿“confió o no confió” “amo o no amo”? Que susto vivir. Eso lo he experimentado en carne propia., e invierto recursos, tiempo y esfuerzo en superarlo

Repito antes no quería hijos, me negaba, tenia rabia: "'¿y para que tanto parir?, hay que controlar la población mundial, ¿cómo siguen reproduciéndose tan indiscriminadamente?, las embarazadas creen tener un poder especial, me cargan, me cohíben". Esa rabia estaba ahí por falta de calor maternal, y eso es lo que estamos peleando ahora.

Quizá nunca tenga hijos, pero al menos ya siento las mujeres
embarazadas SI son poderosas, si tienen el poder de si quieren lamen, amamántenlo hasta los 2 años, no los obliguen a hacer pipi antes del año, (todo para no quedar mal en la conversa del próximo bautizo de la guagua de la amiga “ya dejo los pañales?”” ayy galla el mío si, al año 2 ya hacia solo”) no los dejen berrinchar solos hasta que se duerman, abrácense desnudos, acaríciense, bésense. Las mujeres sabemos cómo hacerlo, y las criaturas también, no hay que tener miedo de pasar las barreras sociales de la sexualidad, porque al fin y al cabo, aunque vivimos en una sociedad con reglas y convenciones para la convivencia, hay cosas que no se nos pueden quitar, y que si alguna vez se nos reprimieron, debemos desenterrar; como el placer de crear vida y vida buena.

Yo confío